Una oración por los desaparecidos
Esta investigación se realizó durante cuatro años, recogiendo testimonios, visitando panteones, edificios de Medicina Forense, entrevistando a funcionarios y especialistas, y solicitando información que debe ser pública y estar en plataformas digitales. Parte de ella fue dada después de promover recursos de revisión con autoridades. En todo este tiempo poco o nada ha cambiado, hay personas que buscan a sus familiares como desaparecidos y hay muertos enterrados en panteones sin haber sido identificados.
Por: Hasta Encontrarles
“Damos gracias porque encontramos este tesoro. Damos gracias por la persona que nos indicó y también porque ya vas a regresar a casa, quien quiera que seas, hermoso. Ya tu madre, tu familia va a descansar en paz. Ahora no vamos a descansar hasta que te identifiquen y que alcances la gloria y la luz después de esto. Que todo el Universo nos ayude a seguir encontrando para poder llevarlos a casa”
María Isabel Cruz Bernal, busca a su hijo Yosimar García Cruz, policía municipal de Culiacán desaparecido el 26 de enero de 2017.
No. No todos están vivos, aunque así se los hayan llevado, y son sus madres y padres, hermanas, cuñadas y amigas quienes han salido de sus casas a mover el Universo entero para encontrar a sus familiares. Lo están logrando y rezan por ello:
Padre nuestro que estás en el cielo
Santificado sea tu nombre
Venga a nosotros tu reino
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en tentación
Líbranos del mal
Amén.
Entre matorrales y bultos de tierra húmeda como evidencia de la lluvia del día anterior cantaban las chicharras. Retumbaban de forma ensordecedora en el mismo espacio donde yacían los huesos de una persona, quizás un hombre por sus fémures alargados y quijada prominente del que sobresalían unos fierros, brackets para arreglar dentaduras.
Fue el 10 de julio, en una búsqueda de personas desaparecidas en Culiacán por el colectivo Sabuesos Guerreras, integrado por más de 300 familias con el mismo dolor, el de la ausencia de un ser querido al que se lo llevaron.
“Recibimos un mensaje anónimo de un hombre y nos pidió venir, porque no se le hacía justo ver regados tantos huesos”, explicó María Isabel Cruz Bernal, fundadora del colectivo, y luego sacó de su bolsa un teléfono celular para mostrar un video, donde el hombre mostraba la ruta hasta llegar a ese lugar enmontado, sobre un paraje hacia el Campo El Diez, al sur de Culiacán, la capital de Sinaloa.
Son familias que no descansan y tienen sobre ellas una pesadez y rabia contenida por no saber dónde están sus hijos, hermanos, primos, esposos, cuñados y amigos. Sufren de ansiedad, desvelos y paranoia. Todo les recuerda a ellos, el olor a perfume, las sombras, la comida. Todo.
“Desde que se lo llevaron no he podido dormir bien. Hoy tampoco pude aunque sabía que venía a búsqueda. Es imposible hacerlo porque se te vienen los recuerdos, pensamientos. Todo”, contó Magaly Castillo Rodríguez, madre de Martín Alejandro López Castillo, un joven desaparecido el 31 de julio de 2018 en la colonia Alturas del Sur por un grupo de hombres montados en motocicletas.
En Sinaloa hay 15 colectivos de personas con familiares desaparecidos. Eso se puede entender tras el anuncio hecho tres días después de haberse encontrado esos restos en El Diez.
El 13 de julio la Secretaría de Gobernación dio a conocer un nuevo informe sobre personas desaparecidas y fosas clandestinas, en el que este Estado destaca en ambos rubros de la barbarie.
En México hay 75 mil 65 casos de personas desaparecidas y el Estado de México, Jalisco, Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Ciudad de México, Nuevo León, Michoacán, Puebla y Chihuahua concentran más de 70 por ciento de esos registros.
Solo en Sinaloa se han documentado 9 mil 760 casos de personas desaparecidas. De todas ellas, 4 mil 880 siguen sin ser localizadas.
En los registros de la Comisión Nacional de Búsqueda y la Fiscalía General de Sinaloa se indica también sobre 4 mil 880 personas fueron encontradas, pero 886 de ellas las hallaron sin vida. Por eso las familias piden a Dios por el descanso.
“Gracias a Dios por poderlos encontrar, ya una familia más va a estar descansando. Esperemos que pronto estés con tus seres queridos”.
– Victoria Soto Vázquez. Busca a su hermano Pedro Soto Vázquez. El 7 de agosto del 2017 fue desaparecido.
Respecto a las fosas clandestinas, Veracruz, Sinaloa, Colima, Guerrero y Sonora son las entidades con más crímenes, estas suman el 57 por ciento de los hallazgos hechos por los grupos de familiares en todo el País entre 2018 y 2020.
Solo en Sinaloa se descubrieron al menos 151 fosas clandestinas, de donde fueron recogidos 253 cuerpos de personas, aunque no todas han sido reconocidas y entregadas a sus familiares.
Hay un problema que supera a las familias, solo se tiene un equipo forense para atender a todo el Estado y opera en Culiacán. La Fiscalía General del Estado ha informado en solicitudes de información sobre una carencia de personal por falta de presupuesto y por eso cuando encuentra a una persona dentro de una fosa clandestina en otro lugar, como Choix, El Fuerte o Ahome, hacia el norte del Estado, debe analizarse en la Capital de Sinaloa. Lo mismo ocurre en los municipios del Sur.
Mientras tanto, esos cadáveres, restos y osamentas encontrados fuera de Culiacán yacen en morgues funerarias o fosas comunes. Por eso las familias rezan y agradecen cuando encuentran.
“Yo le doy gracias a Dios de que estamos aquí y que ya vas a regresar a casa, seas quien seas me da mucho gusto porque ya vas a estar con tu familia”
– Magaly Castillo Rodríguez. Busca a su hijo Martín Alejandro López Castillo. Fue desaparecido el 31 de julio 2018.
Localizar a personas desaparecidas dentro de fosas clandestinas ha resultado elemental para sanar un poco esa tristeza, pero es apenas el inicio de un calvario para las mujeres y hombres buscadores.
El personal forense de la Fiscalía General de Sinaloa trabaja en Culiacán, aunque podría hacerlo en Ahome, Angostura o Mazatlán, donde se construyeron unidades para el Servicio Médico Forense, pero esos tres edificios no funcionan como tal.
El de Ahome está vacío, no hay nadie ni nada dentro de este, pese a haber tenido un costo por más de 4 millones de pesos. El de Angostura está siendo ocupado como oficinas para agentes del Ministerio Público. En Mazatlán convirtieron el edificio en una bodega de cadáveres de personas no identificadas por no tener ya espacio en los panteones. Por eso las buscadoras piden también por las familias con familiares ausentes.
“Yo también, como todas mis compañeras, deseo de todo corazón que tu familia te reciba como te está esperando, sea quien sea, que sean felices por recibirte en su casa y darte una cristiana sepultura, poder llevarte unas flores, una veladora a tu tumba, que es ahí donde deberían estar todos nuestros tesoros que están desaparecidos”
– Juana Esperanza López Valenzuela. Busca a su hijo Omar Zazueta López. Fue desaparecido el 1 de diciembre de 2018.
El que no funcionen los edificios del Servicio Médico Forense es un fragmento para explicar la barbarie.
El 8 de agosto de 2016 se inauguró el Laboratorio de Medicina Forense, ubicado en Culiacán. Después de cuatro años ya habían analizado los cuerpos de mil 465 personas, de las cuales 676 fueron identificadas y reconocidas por sus familiares.
Pero antes de eso, por no contar con capacidades forenses, fueron enterradas más de mil personas en panteones y jardines funerarios como no identificadas dentro de fosas comunes, de acuerdo con datos otorgados por transparencia a solicitudes de información. Por eso las familias agradecen y piden por quienes les ayudan a rastrear.
“Darle gracias a Dios por haberte encontrado, gracias a la persona que nos dijo. Una familia más descansará”
– José Feliciano Ramírez Ramírez. Busca a su hijo Carlos Omar Ramírez Esparza. Fue desaparecido el 18 de enero de 2018.
Esos cuerpos están en 12 camposantos, divididos en los municipios de Mazatlán, Culiacán, Angostura, Salvador Alvarado, Ahome y El Fuerte.
Se les sepultó y la Fiscalía General del Estado ha perdido los registros, pues en 2017, cuando se hizo una reforma constitucional para hacerla un organismo autónomo, prescindieron de esos datos.
La esperanza está en los sepultureros y administradores de esos panteones, quienes guardan en sus memorias los lugares donde están los cadáveres, algunos en gavetas, otros debajo de la tierra. Todos forman parte del paisaje fúnebre, la mayoría sin una lápida o cruz para reconocerlos entre los pasillos de las tumbas. Por eso los colectivos siempre oran para pedir que las personas exhumadas de fosas clandestinas sean identificadas y entregadas a sus familias de forma rápida.
“Pronto ya vas a estar con tu familia, seas quien seas y gracias porque estoy segura que fuiste tú quien dijo aquí estoy a alguien que quizás iba pasando y ese alguien nos avisó. Vas a estar ahora… ya vas descansar, vas a regresar con tu familia, no como hubiéramos querido, pero vas a estar en un lugar donde te lleven una flor, una vela y ayúdanos para que eso sea más rápido todavía”
– Rosa Neriz. Busca a su cuñado Daniel Zavala Martínez. Fue desaparecido junto el 23 de abril en Monclova, Coahuila.
La Fiscalía General de Sinaloa ha presumido que uno de cada dos personas desaparecidas es localizada, sin embargo hay un gran número de casos a la espera para regresar a sus casas.
En total, son 4 mil 880 denuncias sobre de hombres y mujeres que fueron desaparecidas. Ellas, en un proceso normal de investigación, deberían estar siendo buscadas por agentes del Ministerio Público, pero este delito, uno de los de mayor incidencia en Sinaloa, es atendido solo por 15 agentes.
Es decir, cada uno tiene una carga promedio de trabajo sobre 325 expedientes y estos se han ido acumulando con una tendencia a la alza desde los últimos cinco años.
La causa de tantos casos aún no ha sido descifrada ni por Gobierno del Estado ni la Fiscalía General del Estado. Por un lado, Juan José Ríos Estavillo, Fiscal General del Estado, dice que se tienen distintos elementos para analizar, entre ellos la participación de grupos criminales, pero esto no ha terminado en un diagnóstico concreto.
“A veces se cuenta las participaciones de personas, de grupos. Algunas de estas expresiones se dan cuando las personas que llegan con armas de fuego. En fin, son algunos elementos que pueden ser identificables”, señaló el Fiscal durante una entrevista otorgada en marzo de 2020.
Lo mismo ocurre con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, dependencia del Gobierno del Estado encargada de crear y desarrollar políticas públicas para prevenir delitos.
Renato Ocampo Alcántar, quien es titular del Secretariado, justifica esa falta de diagnóstico sobre desapariciones por falta de coordinación con la Fiscalía, pues gran parte de la información se encuentra dentro de expedientes reservados por tener datos sensibles. Por eso las buscadoras agradecen siempre no tener que depender de las autoridades para salir a rastrear.
“Bendito sea el Universo que te encontramos, que vas a regresar a casa, que una familia va a descansar y quisiéramos no encontrarlos así, pero se agradece. Se agradece y esperemos que pronto te podamos identificar”
- Casandra Beltrán Aispuro. Busca a su hijo Carlos Enrique Pérez Beltrán. Fue desaparecido el 11 de noviembre de 2017.
La carga de trabajo sobre cada agente del Ministerio Público ha provocado que gran parte de esta, más del 50 por ciento, se encuentre en “Archivo Temporal”, una categoría inscrita en la ley, cuyo significado es la desesperanza.
Artículo 254. Archivo temporal El Ministerio Público podrá archivar temporalmente aquellas investigaciones en fase inicial en las que no se encuentren antecedentes, datos suficientes o elementos de los que se puedan establecer líneas de investigación que permitan realizar diligencias tendentes a esclarecer los hechos que dieron origen a la investigación. El archivo subsistirá en tanto se obtengan datos que permitan continuarla a fin de ejercitar la acción penal.
(Código Nacional de Procedimientos Penales)
El atraso en las investigaciones provocó el movimiento de los colectivos de familiares se para solicitar más de 30 amparos, obligando a través de jueces federales se les dé avances.
Al mismo tiempo han acudido a informantes anónimos y han seguido su intuición para rastrear, así han encontrado más de 300 fosas clandestinas en los últimos 10 años.
Se han expuesto a la violencia y han sido amenazadas, como sucedió con Mirna Nereyda Medina Quiñónez, fundadora de Las Rastreadoras de El Fuerte, quien en diciembre de 2015 recibió una llamada para citarla en un campo agrícola, a donde acudió pensando obtener información para localizar a personas, pero ahí estaba un hombre para amagarla.
“Yo llegué al lugar con esa persona que es conocida y me dijo ‘¿me identificas?’ y yo le dije que sí, que sabía quien era muy bien, entonces me dijo ‘tú sabes de lo que somos capaces y te vamos a pedir, a exigir, que dejes de traer a esas personas de México, a esos investigadores’, que como sabes andan investigando de PGR”, contó a este reportero en 2015 y esa entrevista puede ser consultada en el diario Noroeste.
Las agresiones también se dieron contra integrantes del colectivo Una Luz de Esperanza en Mazatlán, después de haber descubierto más de 20 fosas clandestinas en distintos poblados de Mazatlán. El colectivo decidió parar y acudir ante el mecanismo de protección a periodistas y defensores de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.
El acto más grave sucedió el 12 de mayo del 2014, con el asesinato de Sandra Luz Hernández, del colectivo Voces Unidas por la Vida, cuando buscaba a su hijo Édgar García Hernández.
Todos esos casos de agresiones siguen impunes, igual como sucede con la mayoría de las desapariciones.
La Fiscalía General de Sinaloa solo ha resuelto dos casos de desapariciones forzadas, uno en Mazatlán y otro en Ahome. De este último es por la desaparición de Román Soto Vázquez, joven de 28 años, detenido por policías municipales de Ahome el 17 de noviembre de 2013.
Los detenidos fueron Jorge Cota Jiménez, Óscar Guadalupe Huicho Puentes y Jorge Martínez Santos.
Se les acusó por desaparición forzada y en junio de 2015 se logró una sentencia por 31 años de prisión, luego de la presión social encabezada por Rosa Elia Vázquez, madre de Román, en pos de una sentencia justa.
Sin embargo, ninguno de esos elementos ha dicho el paradero del joven gerente de la sucursal de Coca Cola en Los Mochis, asegurando desconocer a dónde se lo llevó su comandante, el policía de nombre Daniel Murillo, quien se encuentra prófugo.
Por eso, cada vez que las buscadoras encuentran a una persona desaparecida se toman de las manos y comienzan un ritual.
Rezan por esa persona que yace frente a ellas evocando ser una luz hacia la paz.
Ruegan por su alma y la de sus familiares aún ausentes.
Dan gracias por los informantes anónimos.
Oran para parar el dolor, la angustia, la desesperación y desesperanza.
Contemplan su vida y la muerte frente a ellas.
Se abrazan y luego hacen el acto de fe más importante: dejan a esa persona en manos de las policías y el Ministerio Público.
“Sabemos que estás aquí, sabemos que tu energía ya va a regresar con tu familia, te van a llevar. Esperamos que cuando te levanten los sigas y te vayas con ellos y que no te quedes más solo en este bosque y que nos ayudes a encontrar a los nuestros, así como te encontramos a ti. Cada una de nosotras desea de todo corazón encontrar a los nuestros y ojalá sea pronto, porque ya nos cansamos de este caminar y ojalá nos guíes. Hasta encontrarlos, que así sea. Que Dios te lleve hacia la luz y hacia el cielo. Porque vivos se los llevaron y vivos los queremos”.
– María Isabel Cruz Bernal, busca a su hijo Yosimar García Cruz, policía municipal de Culiacán desaparecido el 26 de enero de 2017.
Este trabajo se realizó por Revista Espejo, el Taller de Gáfica Popular Juan Panadero, el Center for U.S.-Mexican Studies de la Universidad de California en San Diego y Mente Interactiva.
En esta primera edición participaron Cecilia Fafán, Michael Lettieri, César Hernández, Marcos Vizcarra, Alexis Rubio, Josué David Piña, Jimena Rivera, Mariel Yee, Nidia Azucely, Dante Aguilera Benitez, Hëb Martínez y Vivi Santana.